Muchos medicamentos pueden verse bien en papel o en la pantalla de un ordenador, pero para poder comprobar la eficacia de una droga, cualquiera que sea su fin, debe estar en el lugar adecuado del cuerpo para realizar su trabajo. Es ahí donde la química juega el papel mas importante para que el medicamento interaccione adecuadamente con el cuerpo.
Gran parte del progreso médico en la historia moderna, ha sido el descubrimiento de las vacunas y antibióticos eficaces para el tratamiento de enfermedades infecciosas causadas por bacterias, virus y parásitos. Las enfermedades infecciosas han terminado con la vida de millones de personas, y gracias a las vacunas y los antídotos, se han evitado grandes catástrofes.
La síntesis de nuevos fármacos, requiere mucho mas que seguir una simple receta. Las proteínas, azúcares, ADN y ARN, son moléculas quirales que reaccionan de manera diferente aún siendo iguales (un buen ejemplo, como ya lo mencionaron anteriormente, es el desastre de la talidomida).
Actualmente, la Química tiene un reto muy grande, en la síntesis de nuevos medicamentos anticancerígenos. El primero de esta linea de medicamentos, hasta hace algunos años desconocida, fue el cisplatino, y en base a el se trabaja hasta hoy en día en nuevos medicamentos cada vez mas efectivos y específicos, pues el gran problema que presentan, es que no hacen diferencia entre una célula sana y una enferma.
Una nueva línea de investigación en el mundo de los anticancerígenos, es la llamada "hipertermia", que consiste en aplicar nanopartículas magnéticas, que al inducirles un campo magnético son capaces de localizarse en una zona específica, ya sea para identificar (localizar) un tumor, o para actuar terapeuticamente sobre el mismo. Esta nueva tendencia, esta en vías de desarrollo pero puede ser, en un futuro no muy lejano una buena opción para tratar el cáncer y otros tipos de enfermedades.
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